miércoles, 28 de abril de 2010

DE VUELTA POR XARES

Pues, ya tocaba, se ha convertido en una adicción el pasar por Xares un par de veces al año para el grupo de astrónomos aficionados gallegos. La verdad es que, particularmente, ha sido un lugar habitual en nuestra vida, pero por otros motivos, la naturaleza impresionante del macizo de Peña Trevinca, pero realmente, no importa el motivo, siempre es algo agradable estar por allí, siempre aparece algo nuevo pese a lo recurrente del lugar y ahora un atractivo más es reunirnos con un grupo de personas agradables e interesantes con las que intercambiar experiencias y conversaciones. Especialmente agradable para mi hacer comentarios libremente sobre eventos que hemos compartido, ya vamos teniendo confianza para hacer comentarios sinceros, y también muy agradable para mi encontrar personas devotas de Carl Sagan. Su libro Cosmos y la serie del mismo titulo están en el principio de mí interés por el Universo. Recuerdo la trascendencia que yo veo en una frase que figura en la portada de este libro algo así como "una evolucion cuatro mil quinientos millones de años que han transformado la materia en vida y consciencia." En la conversación sobre Sagan salió su libro "Miles de millones", después de buscarlo inútilmente en varias librerías de Ourense, Lugo y Santiago, acabe consiguiendolo en la web, como no, todocoleccion, un ejemplar impecable. Miles de millones no me ha defraudado, admiro a Sagan y me gusta mucho como escribe, aun no he terminado a de leerlo, pero me gusta, algunas veces veo sus articulos como premonitorios del presente que hoy vivimos, y me admira la claridad de ideas de Sagan, reconozco que me asustan un poco sus manifestaciones sobre el cambio climático y la responsabilidad de la humanidad sobre este tema. Artículos sobre el porque de los forofos del fútbol y lo natural de esta afición, algo que no entendí nunca ahora comprendo.

Para los muchachos de la costa no hay esfuerzo que no merezca la pena, incluso algunos por una sola noche, para disfrutar de los cielos de Xares.

El lugar habitual de observación había quedado reducido por la amplia zona encharcada por las persistentes lluvias de este año, pero bueno nos acomodamos todos, esta vez creo que éramos mas que nunca. Como siempre cada cual a lo suyo probando sus cachivaches y compartiendo la experiencia con el resto de presentes, interesante como siempre. Unos trasnochan mas que otros, mi hijo es una excusa excelente para una retirada prudente hacia las cuatro de la mañana. El resto tiene que exprimir la noche hasta el amanecer. Hacia la hora de comer volvemos a vernos las caras, algunas por primera vez, y luego una estupenda comida con una agradable y entretenida charla donde compartimos experiencias curiosas que todos hemos vivido en nuestras salidas habituales, y temas mas personales sobre la vida de las parejas y las aficiones compartidas o no.
Y como siempre la misma despedida "hay que volver".

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